Crítica: Pulse

Pulse es un resumen altamente concentrado de todos los desastres que se están cometiendo actualmente en el cine. Se convierte en un estereotipo a no imitar del cine de terror; si es que se le puede llamar así a este género al que tanto aprecio.

El film arrastra todos los defectos del cine de terror japonés: falta de argumentación sólida y miedo centrado en el susto. Si a la receta le añadimos que la versión que ha llegado aquí es el remake hollywodiense de la película rodada en Japón ya tenemos un desastre total.

El argumento gira entorno a la autenticidad de los mundos virtuales y la conexión física entre las redes de comunicaciones y el mundo real. Como fan que soy de Serial Experiments Lain sé que el tema tiene muchísimo jugo y puede dar para una gran película. Si a eso le unimos lo conectada que está la sociedad japonesa con la tecnología, el fenómeno hikikomori, las oleadas de suicidios y una protagonista estudiante de psicología podemos lograr una película perfecta. Ahora cogamos todos esto y traslademonos a una universidad de ese país zampa-hamburguesas. ¿Qué obtenemos? Nada, absolutamente nada. Cuatro sustos y un argumento inconexo, vacuo y estúpido con el que es imposible identificarse. La sociedad americana es demasiado diferente a la japonesa como para intentar adaptar un guión con tanto componente social.

En definitiva, me quedo con el comentario de un viejo que se sentaba dos filas más adelante. A la media hora de película, con su boina y una voz ronca ya carcomida, dijo:

Esto es una mierda

Y no le faltaba razón...