13 diciembre 2007

Programación

Ayer le eché una mano a Ana en sus primeros pasos en la programación. Llevo ya bastante tiempo programando: tres años de carrera y algunos scripts anteriormente a eso. Enseñando a Ana a programar me di cuenta de que mi manera de pensar ha cambiado gracias a la programación.

Programar es una tarea fascinante. No sólo por la utilidad que que tiene ser capaz de hacer tus propios programas, ¿quién no ha perdido más de una hora realizando una tarea repetitiva delante del ordenador? Programando también se aprende como funciona el ordenador, uno es capaz de comprender que todo lo que se ejecuta en el ordenador ha sido debidamente programado y porque las cosas funcionan o fallan. Poca gente valora esto hoy en día, ¿por qué necesito saber cómo funciona si lo único que quiero es que funcione? Para muchos su ordenador es algo que funciona por arte de magia y esto es peligroso.

Desde luego no pretendo que todo el mundo sepa programar todos los programas que usa pero saber el funcionamiento básico de la informática cuando nuestras vidas dependen casi totalmente de ella es fundamental. Por desgracia y a pesar de que la asignatura de informática se ha introducido en las escuelas se sigue en el mismo error. No se enseña informática, se enseña a usar un ordenador.

Lo más importante de aprender a programar, como ya he dicho antes, es que se aprende a pensar de un modo distinto. Se aprende a afrontar los problemas de una manera analítica y a plantearlos de manera razonada y lógica. Esto no se aplica sólo a la informática, uno es capaz de plantear problemas de la vida real en los mismos términos. Aplicas una nueva manera de pensar a conceptos más abstractos de manera que uno es capaz de comprender más fácilmente el mundo que le rodea. De este modo se desarrolla también el espíritu crítico que tanto se echa en falta hoy en día.

En definitiva, aprender a programar es algo al alcance de todos. No todo el mundo es capaz de desarrollar una gran aplicación, aunque tener ciertos fundamentos es esencial para la sociedad hacia la que andamos. Recordad que aprender a programar es aprender a pensar.

2 comentarios:

Jill dijo...

Idem. Todos estos beneficios me están aportando vuestras clases de Ada.

Pensaré más analíticamente, a más velocidad y optimizando mejor mi energía cerebral.
¡Grato favor me hacéis!

Tienes mucha razón en este post. ;)

Anónimo dijo...

Coincido bastante en tu opinión, sin embargo no soy quién para opinar sobre programación ya que en toda mi carrera cursare muy pocas asignaturas relacionadas con ello.
No obstante, tuve la gran oportunidad de hacerlo el año pasado, y me encantó. Además en esos momentos de estudio universitario en los que tu materia es lo único que ronda tu cabeza, llegué a vivir un mundo en caracteres C++. Fue divertido, a la par que desesperante.

Abrazos