11 febrero 2006

La poesía semanal


Normalmente no escribo poesía con demasiada musicalidad. Este poema nació un 20 de abril de 2005 cuando las voces de mi cabeza me reprochaban que no sabía dar musicalidad a mis poemas (y, efectivamente, no sé). Irónicamente el poema es una crítica a toda la poesía muscal e inexpresiva que pierde toda profundidad al intentar ganar en musicalidad. La poesía del quinceañero que no sabe que es el amor, la de quien busca la rima fácil y también -extendiendo un poco- la de Bisbal y compañía.

Acercaos que os quiero hoy narrar
aventuras en el borde del mar
De la belleza de rosas, estrellas,
ríos y selvas os quiero yo hablar

Venid, acercaos a mi realidad;
vuestros corazones, sentidlos latir
Acompañadme a mi mundo ideal
dominado por el blanco jazmín.

No soy músico, lírico o poeta
Yo soy el que sacia vuestras sedes
soy de la poesia el proxoneta
el que os despoja de las mentes.

Venid, yo os evado y me enriquezco
os devoro el cerebro mortecino
mientras voy calmando vuestras bestias
con mis dulces versos sin sentido

Ven, sigue, sigue y sigue escuchando
mi alegre melodía que nada vale,
sólo un simple consuelo de tus tristes,
tristes y desolados andares.

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